Quiero dedicar esta entrada de Blog a un suceso que ocurrió el día 10 de octubre pasado y que representa la posibilidad de modificar la historia y resarcir una deuda histórica Esto nos ha tenido ocupades y esperanzades a familias, jóvenes, niñes y adultes trans*, aliadades, compañeras parlamentarias y a mi una buena parte del año. 

 

Aquí la historia:

 

En enero de 2019 se instaló el Primer Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México, como un ejercicio de participación ciudadana, creado por la Comisión de Igualdad del Congreso de la CDMX presidida por la diputada Paula Soto, al que apliqué, entré y utilicé para hacer una propuesta legislativa. El parlamento funcionó como un espejo de la cámara de diputados, a través de parlamentarias (en lugar de diputadas), que integraron comisiones, que propusieron iniciativas de ley y que a través de votaciones pudieran aprobar dictaminaciones en positivo de sus propuestas.

 

El día 27 de febrero presenté en la tribuna de la antigua cámara de senadores, destinada a ser el foro de las sesiones, una iniciativa con propuesta de decreto para que, las personas menores de 18 años reciban en el registro civil de la Ciudad de México, el mismo trato que las personas que tienen 18 años y más, al momento de solicitar un acta de nacimiento con el nombre elegido y su género autopercibido. 

 

Posteriormente, la iniciativa fue turnada para su análisis y dictamen, a las Comisiones de Desarrollo Integral de la Niñez y la de Derechos Humanos, las cuales, luego de analizar pros y contras y de incluir algunas modificaciones, la aprobaron por mayoría de votos en sesión de Comisiones Unidas.

 

El 30 de marzo fue aprobado el dictamen en sentido positivo y se envió para someterse a votación en sesión plenaria el 24 de abril, en la que fue aprobada con 31 votos a favor, 5 en contra y 6 abstenciones, siendo la primer Iniciativa dictaminada y aprobada en el Primer Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México.

 

La iniciativa debía esperar a la terminación del ejercicio de participación ciudadana, para ser parte de sus resultados ante la Comisión de Igualdad en agosto de 2019, y poder ser presentada en la Cámara de Diputados, por la Diputada Paula Soto, presidenta de la Comisión de Igualdad, hecho que ocurrió el pasado 10 de octubre y que da pie a este texto.

 

y ¿Que propone la iniciativa?

 

-Derogar los artículos del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal que se refieren al juicio por el que actualmente deben pasar los menores de 18 años.  

 

-Reformar el requisito de mayoría de edad en el Código Civil del Distrito Federal, y 

 

-Adicionar en el mismo Código, la solicitud de  menores de 18 años en compañía de sus tutores, progenitores y otros familiares, para obtener su acta de nacimiento con: el Nombre elegido y el género autopercibido, mediante un procedimiento administrativo ante el Registro Civil.  

 

En esencia, la iniciativa tiene como propósito acabar con una forma de discriminación institucionalizada en función de la edad. Solamente eso. 

 

No fomenta la aplicación de hormonas o la realización de cirugías estéticas para cambiar cuerpos que aún no han alcanzado su pleno desarrollo. 

 

Tampoco tiene que ver con el adoctrinamiento a pequeños y pequeñas para que abracen una causa que algunos llegan a considerar un error o una moda.

 

La identidad de género es algo connatural al ser humano, y como tal, ha sido conceptualizada y protegida en instrumentos internacionales de aplicación doméstica, y en la Constitución de la Ciudad de México, una Constitución joven, incluyente y  progresista, de la cual me siento orgullosa.    

 

Para que nuestra Constitución tenga plena vigencia, es necesario ir quitando obstáculos que todavía quedan en leyes secundarias, y esa era, precisamente, una de las tareas encomendadas al Primer Parlamento de Mujeres de la CDMX : ayudar al Congreso local a identificar esos obstáculos y proponer la mejor manera de eliminarlos. 

 

Uno de los argumentos que he escuchado en contra de la iniciativa es que los menores se pueden arrepentir pasado algún tiempo. En respuesta, permítanme compartirles que, desde mi experiencia acompañando a familias que han iniciado en el proceso larguísimo de para respetar y hacer respetar la identidad de género de sus hijes, cuando les infantes llegan al Registro Civil, ya han vencido muchos obstáculos, dentro de su familia, en su escuela y en su entorno social, y si los pueden vencer es gracias a la profunda convicción que emana de ellos. Pero, aún en el supuesto de que esa convicción cambiara años después, el Código Civil no impide un segundo o tercer registro. ¿Se imaginan? si las leyes limitaran nuestro derecho a rectificar, no existiría el divorcio, por ejemplo. 

 

Otro argumento en contra que fue planteado en la Comisión de Desarrollo Integral de la Niñez al momento de formular el dictamen de la iniciativa, tiene que ver con la edad. Se sugería que la iniciativa aplicara únicamente para niñas y niños de cinco años en adelante. Aunque este argumento fue desechado por decisión mayoritaria, quiero referirme a él porque me parece importante que ustedes también conozcan las razones por las cuales fue desestimado. 

 

Al hablar de derechos humanos, no podemos poner límites de edad en su aplicación. El artículo primero de nuestra Constitución Federal prohíbe todo tipo de discriminación, incluyendo aquella motivada por la edad. Por su parte, la Constitución Política de la Ciudad de México prohíbe toda forma de discriminación que tenga por objeto o de cómo resultado la restricción de los derechos de las personas en función de su edad o género. También ordena a las autoridades adoptar medidas legislativas, administrativas, judiciales y las que sean necesarias, a fin de lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos en ella reconocidos.  

 

Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dispone:

 

1) en la Opinión Consultiva OC17/02, ha expresado al respecto:

         

         “Todo niñe tiene derecho a alentar un proyecto de vida que debe ser cuidado y fomentado por los poderes públicos para que se desarrolle en su beneficio y en el de la sociedad a la que pertenece”. 

          

2) en la Opinión Consultiva OC24/17:

 

“En lo que respecta a la regulación de los procedimientos de cambio de nombre, adecuación de la imagen y rectificación de la referencia al sexo o género, en los registros y en los documentos de identidad de niños y niñas, esta Corte recuerda que, conforme ha señalado en otros casos, los niños y las niñas son titulares de los mismos derechos de los adultos, y de todos los derechos reconocidos en la convención americana, además de contar con las medidas especiales de protección contempladas en el artículo 19 de la Convención, las cuales deben ser definidas según las circunstancias particulares de cada caso concreto. “            

 

Como pueden ver, existe un andamiaje constitucional y criterios internacionales asonantes, que permiten a toda persona, sin distinción de edad, ejercer su derecho a la identidad de género, evitando con ello que sea un tercero quien tenga la última palabra al respecto. De igual forma cabe aclarar que es la Autoridad Administrativa, en este caso el Juez del Registro Civil, es quien, caso por caso, debe determinar como el menor manifestará su intención libre e informada y no el legislador quien, a priori debe descartar una posibilidad de forma absoluta.

 

La iniciativa que está en periodo de dictamen y luego se someterá a votación, podría darles a estos infantes la posibilidad de ser quienes son, desde el momento en el que lo saben, y evitar con ello la discriminación que hoy viven principalmente en sus escuelas, al no contar con el respaldo del Estado. Por que actualmente es el Estado quien los discrimina de manera institucionalizada. 

 

Quiero expresarlo así: las marcas de la discriminación en todas las infancias,  no se forman a partir de los 5 años ni se borran a los 80.  

 

Concluyo diciendo que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México así como el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México, han expresado, mediante Amicus Curiae, cada uno por separado su coincidencia con el sentido de la iniciativa, y quiero decirles también que un Juez de Distrito otorgó en abril  un amparo a una persona de 15 años que solicitó la expedición de su acta de nacimiento por la vía administrativa.

 

Hoy, la Primer Legislatura del Congreso de la Ciudad de México tiene la oportunidad de lograr una reforma a favor de una ciudad que de manera progresiva, garantiza los derechos humanos de todos sus habitantes: Trabajar a favor de aprobar esta iniciativa, significa votar en contra de la discriminación y sobre todo de la discriminación institucionalizada que emana de las leyes de otro tiempo. 

 

Los legisladores estarán expresando su compromiso por los derechos humanos en esta Ciudad, ejemplo progresista frente al país. 

 

Yo deseo que el Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México tenga muchas integraciones posteriores a la que tuve el honor de integrar, para que necesidades como la que pude dar cuenta, sean escuchadas y atendidas.   

 

 

Tania Morales O.

 

Presidenta